Retrasar la introducción de determinados alimentos en la dieta de los bebés puede aumentar el riesgo de alergia

¿Qué se sabe sobre el tema?

La diversificación alimentaria es el proceso en el que se añaden progresivamente distintos alimentos en la dieta de los bebés cuando dejan de comer solo leche. Ha sido una recomendación habitual retrasar la introducción de determinados alimentos (como el huevo o los frutos secos) a los que es más frecuente tener alergia con el fin de intentar prevenirla. Sin embargo, últimamente se han realizado muchos estudios que sugieren que empezar pronto con estos alimentos no solo no aumenta el riesgo de alergias sino que incluso podría disminuirlo. En este artículo se han buscado todos los estudios científicos de calidad sobre el tema publicados en los últimos 70 años y se han puesto en común sus resultados.

Resultados del estudio

Se analizaron los resultados de 93 estudios sobre aparición de alergia alimentaria y 53 sobre otras enfermedades como la diabetes, la enfermedad celíaca o la artritis reumatoide. Respecto a esta segunda parte no se pudo llegar a conclusiones válidas. En relación con la alergia, sí se vio reducción del riesgo con el huevo si se introducía en torno a los 6 meses de edad y con los cacahuetes antes de los 11 meses. No se encontró relación entre el momento de introducción de la leche de vaca o el gluten y la aparición de alergia a estos alimentos.

Limitaciones del estudio

Muchos de los estudios incluidos en esta revisión tienen limitaciones en cuanto a su calidad. Además, como son muy diferentes entre sí, combinar sus resultados puede conducir a error.

Conclusiones prácticas

Aun no hay datos para recomendar introducir estos alimentos antes de los 6 meses de edad, etapa en la que la lactancia materna sigue siendo la alimentación recomendada. A partir de ese momento, introducir precozmente alimentos potencialmente alergénicos puede reducir la aparición posterior de alergia a los mismos. Esto se ha observado especialmente con el huevo y los cacahuetes (aunque conviene recordar que los frutos secos enteros nunca se deben dar a los niños menores de 3 años por riesgo de atragantamiento).

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