Medicina Basada en la Evidencia
STARD 2015. Guía para la elaboración de manuscritos de estudios de precisión diagnóstica o pronósticos – 335 – INTRODUCCIÓN E n las últimas décadas ha habido un gran aumento de nuevas pruebas diagnósticas o nuevas tecnolo- gías con mejoras para pruebas ya conocidas. Prue- bas que nos permiten hacer diagnósticos, realizar cri- bados, detectar trastornos subclínicos, tomar decisio- nes respecto a tratamientos, evaluar su respuesta… Sin embargo, es muy importante que estas nuevas pruebas se evalúen con rigor antes de su implementación en la práctica clínica para no cometer errores, evitar conse- cuencias clínicas no deseadas y limitar costes relacio- nados con pruebas innecesarias. Las publicaciones científicas de estudios de precisión diagnóstica deberían presentar toda la información esencial necesaria para que los lectores puedan juz- gar la importancia y credibilidad de sus conclusiones, así como una comunicación completa y rigurosa de sus resultados. Solo de esta manera, si toda la informa- ción necesaria aparece en la publicación, será posible posteriormente evaluar los posibles riesgos de sesgo del estudio y su aplicabilidad, mediante herramientas diseñadas con este fin, como QUADAS2. Sin embargo, múltiples revisiones muestran que las publicaciones de estudios de precisión diagnóstica, con frecuencia, no presentan de forma adecuada información esencial sobre los pacientes incluidos, diseño del estudio o la totalidad de los resultados. Asimismo, es frecuente que las conclusiones sobre la prueba estudiada sean dema- siado optimistas. LA DECLARACIÓN STARD PASO A PASO En la reunión de la Colaboración Cochrane que tuvo lu- gar en 1999 en Roma, el grupo de trabajo sobre pruebas diagnósticas y de cribado (Screening and Diagnostic Tests Methods Group) de la propia Colaboración Co- chrane expuso la escasa calidad metodológica y las de- ficiencias en la comunicación de los estudios de este tipo. El grupo consideró que el primer paso para corre- gir los problemas y ayudar a que la comunicación de los estudios fuera completa y transparente era elaborar ■ Conocer la historia del desarrollo de STARD ■ Conocer los 30 ítems que componen STARD 2015 y su justificación “La medicina es una ciencia de la incertidumbre y un arte de la probabilidad” William Osler una lista de ítems que se deberían incluir en cualquier publicación de estudios de precisión diagnóstica, si- guiendo el ejemplo de la guía CONSORT para las publi- caciones de estudios de tratamiento. De este modo se inició la andadura de la iniciativa STARD ( Standards for Reporting Diagnostic Accuracy ). El Comité de dirección de STARD realizó una búsque- da detallada de la bibliografía y elaboró una lista de 75 ítems posibles. Posteriormente, en una reunión de consenso a la que fueron invitados expertos investiga- dores, editores, especialistas en metodología y organi- zaciones profesionales, se evaluaron todos los ítems propuestos. Finalmente, el comité de dirección STARD propuso una lista de verificación de 25 ítems. Además de la lista, el grupo STARD elaboró un diagrama de flujo para los estudios de precisión diagnóstica. Este diagra- ma de flujo debía informar sobre el proceso de mues- treo y selección de participantes; el flujo de participan- tes en relación con el momento y los resultados de las pruebas; el número de sujetos que no reciben la prueba índice o el estándar de referencia, o ambos; y el número de pacientes en cada etapa del estudio, que proporcio- na el denominador correcto para las proporciones. Posteriormente, tras una evaluación externa de usua- rios potenciales, se elaboraron la lista y diagrama de flujo definitivos que se publicaron en 2003 en impor- tantes revistas médicas generales y de especialidad, como Annals of Internal Medicine, Radiology, The British Medical Journal y Clinical Chemistry, y posteriormente, en algunas otras revistas biomédicas. La declaración y la lista se acompañaban de un documento explicativo, en el que se exponían la significación y el fundamento de cada uno de los ítems, y se revisaba brevemente la evidencia respecto a estos. Los documentos también se presentaron en varios sitios web, como el del Clinical Chemistry y el del grupo CONSORT. La publicación de los documentos STARD se acompañó de varios edito- riales en los que se recomendaba su aceptación por parte de los editores de revistas y de los comités de revisión. Su utilización fue impulsada por el Comité In- ternacional de Editores de Revistas Médicas, que en el
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