Medicina Basada en la Evidencia

Introducción a la MBE – 50 – En la base de la pirámide se situarían los artículos ori- ginales publicados en revistas científicas ( Studies ); por encima de ellos se encontrarían las revisiones sistemá- ticas ( Syntheses ) y, sobre ellas, los resúmenes estructu- rados y comentarios críticos en publicaciones secunda- rias ( Synopses ); más arriba se encontrarían los resúme- nes colectivos de varios estudios sobre un tema ( Sum- maries ) y, en la cúspide de la pirámide, los sistemas de ayuda en la toma de decisiones, que enlazan la mejor evidencia disponible con datos clínicos de pacientes de registros médicos informatizados ( Systems ). Para el clínico atareado que requiere una respuesta rá- pida a una pregunta clínica, la búsqueda será tanto más eficiente cuanto más evolucionado sea el nivel donde encuentre la información que busca, pues son fuentes de información que llevan incorporada buena parte (o toda) de la estructura de trabajo de la MBE. Si cuenta con un sistema o un sumario obtendrá con poco esfuer- zo la información que necesita para su duda clínica; sin embargo, si tiene que buscar y analizar entre los estu- dios originales, va a precisar un esfuerzo mayor. ESTRATEGIADEBÚSQUEDABIBLIOGRÁFICA ENTRELAS FUENTESDE INFORMACIÓNYLA PIRÁMIDEDELCONOCIMIENTO Nuestro reto actual ante la “infoxicación” no es tanto producir mayor información, sino generar respuestas pertinentes ante la cantidad y calidad de la información biomédica que, articuladas convenientemente, faciliten la toma de decisiones clínicas ante situaciones concre- tas en nuestro(s) pacientes(s). Para pasar de la infor- mación al conocimiento y del conocimiento a la acción, debemos filtrar la información accesible, la encontra- da, la válida, la importante, la aplicable, la aceptada y, finalmente, solo quedarnos con la útil. Para realizar todos esos pasos se creó el paradigma científico de la medicina basada en la evidencia y el segundo paso es clave: realizar una búsqueda bibliográfica eficiente. Con este planteamiento de base, desde el Comité de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia propone- mos un esquema de búsqueda en base a estos pasos, teniendo en cuenta una premisa: que no existe una búsqueda de información bibliográfica ideal o univer- sal. Y proponemos cuatro pasos consecutivos. 1. Primer paso: empieza por fuentes de información ter- ciaria, principalmente metabuscadores de MBE (pre- ferimos TRIPdatabase). TRIPdatabase nos devuelve la información por colores. Y es en el color verde donde encontramos la información más interesante: revisio- nes sistemáticas, guías de práctica clínica y sinopsis basadas en la evidencia. La interfaz de TRIP ha cam- biado recientemente y nos permite, además, estruc- turar la búsqueda en base al criterio PICO. Aunque TRIP hace una búsqueda genérica en todos los recursos principales de MBE, siempre podremos profundizar en los distintos recursos: ■ Profundizar en el “PubMed” de las revisiones sis- temáticas: La Biblioteca Cochrane Plus. ■ Profundizar en el “PubMed” de las guías de prác- tica clínica: National Guideline Clearinghouse y otras (en inglés) y GuíaSalud (en español). ■ Profundizar en el “PubMed” de los informes de agencias de evaluación de tecnologías sanitarias: INHATA. El fundamento es valorar si la respuesta se puede ob- tener en revisiones sistemáticas o metanálisis (prin- cipalmente a través de la Colaboración Cochrane), guías de práctica clínica (principalmente a través de la National Guidelines Clearighouse y GuíaSalud) e in- formes de evaluación de tecnologías sanitarias (princi- palmente a través de INHATA). Si no estuviera presente la respuesta, siempre se puede intentar buscar una respuesta menos definitiva en otras fuentes de infor- mación secundaria menos consistentes: revistas se- cundarias y archivos de temas valorados críticamente. La estrategia de búsqueda en cuatro pasos que planteamos desde el Comité de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia intenta facilitar un marco teórico para facilitar la tarea de vencer la “infoxicación”, pero es clave reconocer que no existe una fórmula ideal 2. Segundo paso: continuar con las fuentes de infor- mación secundaria o bases de datos. Aquí tiene una labor fundamental Medline, principalmente a tra- vés de las posibilidades de búsqueda de PubMed (gratuito), pues constituye la base de datos más co- nocida y utilizada. Dada la complementariedad en- tre las bases de datos bibliográficas, aconsejamos revisar, al menos, también Embase (no gratuito) y bases de datos en español. 3. Tercer paso: cuando no hayamos obtenido la res- puesta en los pasos previos, indagar en las tradicio- nales fuentes de información primaria. Revisar las revistas biomédicas y los libros de texto siempre es un recurso final. Así como en la bibliografía de los documentos previamente encontrados. 4. Cuarto paso: y como último recurso siempre se pue- de ensayar la búsqueda “salvaje” en Google (“goo- glear”), que es aquella información válida y relevan- te que no esté volcada en bases de datos, como pue- den ser documentos del Ministerio de Sanidad, de sociedades científicas, de reuniones científicas, etc.

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