¿Qué se sabe del tema?
Existen algunos datos que pueden hacer pensar que el riesgo de desarrollar una intolerancia al gluten (enfermedad celiaca) puede verse influido por el momento en que se introducen los cereales con gluten en la alimentación infantil, por la forma de introducción y por la coexistencia de lactancia materna.
Por eso se ha planteado un estudio internacional para tratar de averiguar si introducir el gluten en pequeñas cantidades de forma precoz, puede proteger del riesgo de desarrollar una enfermedad celiaca en niños de alto riesgo de desarrollarla (familiares de celiacos con genes de riesgo para desarrollar la enfermedad).
Resultados del estudio
En ocho hospitales de Europa e Israel se seleccionan niños que eran hijos o hermanos de celiacos para darles gluten en pequeñas cantidades entre los cuatro y seis meses de edad. Se observó que desarrollaban la enfermedad antes de los tres años con la misma frecuencia que los niños de riesgo a los que no se dio gluten en este periodo.
Los autores vieron que el riesgo de desarrollar la enfermedad no se modifica con la introducción temprana del gluten. Tampoco parece que el hacerlo mientras dura la lactancia materna tenga efecto protector.
Limitaciones del estudio
Solo se estudia el riesgo de desarrollar enfermedad celiaca antes de los tres años y en niños con alto riesgo debido los antecedentes familiares de enfermedad y por tener genes de riesgo para desarrollar la enfermedad. Sería interesante ver qué pasa después de los tres años y que ocurriría en los niños de población general sin riesgo especial de ser celiacos.
Conclusiones prácticas
A la vista de estos resultados, parece que siguen en vigor las recomendaciones actuales para la alimentación de los lactantes: parece aconsejable no introducir el gluten antes de los cuatro meses de edad, ni después de los seis. La lactancia materna tiene innumerables ventajas para el niño y la madre, por lo que debe favorecerse siempre que sea posible.
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