La melatonina es una hormona producida en el cerebro y que se libera por la oscuridad, de ahí su relación con el sueño. Su uso fue una explosión hace años en Estados Unidos y se empleaba sin control para muchos problemas, entre ellos para el insomnio por cambio de horarios, el famoso “jet lag” y para casos en que les cuesta mucho iniciar el sueño. Gran parte de su éxito se debió a su dispensación libre como un complemento alimentario. Desde hace unos años está disponible en España la melatonina en gotas y se ha comercializado para que los niños duerman.
Resultados principales del estudio
Este estudio se realiza en niños con trastornos del neurodesarrollo y alteraciones graves del sueño, de los cuales a 70 se les ofreció melatonina y a 76 no (placebo). Se vio, al cabo de tres meses, que la melatonina proporciona escasa mejoría en el sueño, pues aunque mejora el tiempo total (unos 20 minutos), lo es gracias a que los niños logran dormirse antes, aunque el despertar también es más precoz. También se comprobó que el uso de melatonina no produjo efectos adversos.
Limitaciones
El estudio tiene buena calidad, aunque el concepto de “niños con trastornos del neurodesarrollo” constituye un cajón de sastre en donde caben niños con muchas entidades: desde hiperactividad a autismo, pasando por otras muchas.
Conclusiones prácticas
La melatonina sólo debería usarse en niños con alteraciones graves del sueño (como suele ocurrir más frecuentemente en los niños con trastornos del neurodesarrollo), pero siempre monitorizado por un especialista y ver su potencial utilidad en un plazo de tres meses. Si no sirve, retirar.
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