Qué se sabe del tema: durante el sueño, todo el mundo tiene breves pausas en su respiración que llamamos apneas, que no suelen tener consecuencias. A veces, las apneas son más prolongadas y frecuentes, pudiendo provocar problemas en la oxigenación del cuerpo. El tipo más común de apnea del sueño en los niños es la apnea obstructiva, causada por obstrucciones de las vías respiratorias, generalmente por hipertrofia de amígdalas o adenoides (vegetaciones).
La apnea obstructiva del sueño es un problema relativamente frecuente (entre el 1 % y el 3 % de los niños sanos en edad preescolar). Su frecuencia es mayor en niños con sobrepeso-obesidad, con anomalías del cráneo o de la cara, enfermedades del sistema nervioso y de garganta-nariz-oído. No es raro que las apneas obstructivas pasen desapercibidas para los padres o los médicos, incluso cuando repercuten en la conducta, el aprendizaje y la calidad de vida de los niños.
Podemos sospechar que un niño tiene apnea obstructiva de sueño cuando tiene ronquidos, más intensos de los habituales, seguidos de pausas respiratorias o de respiración agitada, sueño inquieto y en posturas inusuales, cansancio y adormecimiento durante el día o problemas de conducta. Para confirmar la sospecha podemos realizar en el hospital una prueba de vigilancia de la respiración, la circulación y la actividad durante el sueño. El tratamiento consiste en mejorar la apertura de la vía aérea, extirpando las amígdalas y vegetaciones o ayudando a respirar al niño durante el sueño, administrándole aire a través de unas mascarillas nasales.
Resultados del estudio: en algunos países existen bases de datos donde se recogen todos los diagnósticos que se van haciendo a sus ciudadanos cuando son valorados en un hospital. En este estudio se recogió de la base de datos de Dinamarca a todos los niños con diagnostico de síndrome de apneas obstructivas del sueño y se comparó con niños que no lo tuvieran. En la comparación se observó que estos niños tenían mayor frecuencia de distintas enfermedades tanto los años previos al diagnóstico como los siguientes (enfermedades del sistema nervioso, garganta-nariz y oído, respiratorias, digestivas, malformaciones congénitas, infecciones y cáncer). Asimismo se observó que en los años posteriores al diagnóstico estos niños tenían una mayor mortalidad (riesgo de muerte a cinco años 6,58 veces mayor y un aumento de las muertes esperadas en 6 por cada mil pacientes).
Limitaciones del estudio: el estudio se ha realizado mediante revisión de los diagnósticos de un registro nacional de enfermedades. Por ello, no está claro si los niños estudiados representan al conjunto de niños con apneas obstructivas del sueño. De hecho, es probable que sean una selección de los casos más graves. Asimismo, tampoco sabemos si las enfermedades asociadas son la causa o la consecuencia de las apneas y por lo tanto qué porcentaje de mortalidad es atribuible a la existencia de apneas. Finalmente, tampoco podemos estimar si con los tratamientos disponibles para las apneas (cirugía, apoyo respiratorio) podemos mejorar a estos pacientes.
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