El 1 de diciembre de 2005, hace 14 años, vio la luz el primer número de Evidencias en Pediatría (EVP) mediante un editorial de Bienvenida firmada por los directores pioneros: José Cristóbal Buñuel Álvarez, Javier González de Dios y Paz González Rodríguez1.
En este primer editorial no solo se daba la bienvenida, sino que se ponían las bases de lo que iba a ser la revista. Sería una revista secundaria, con periodicidad trimestral, realizada siguiendo la metodología estructurada de la Medicina Basada en la Evidencia (MBE) y con el fin de ayudar a la toma de decisiones en la práctica clínica diaria a todos lo pediatras. Ese editorial terminaba con toda una declaración de intenciones: “El conocimiento, para que pueda ser utilizado, ha de carecer de barreras de cualquier tipo para su difusión. Es por este motivo que Evidencias en Pediatría será una publicación electrónica gratuita y que nace con vocación de servicio dirigida a toda la Pediatría de habla española, en la que tienen cabida todos los compañeros de España y Latinoamérica. No es en modo alguno un proyecto exclusivista ni cerrado. Tanto desde la dirección como desde el Grupo de Trabajo de Pediatría Basada en la Evidencia estamos abiertos a cualquier tipo de colaboración, tanto con personas como con asociaciones profesionales que así lo deseen. Bienvenidos a Evidencias en Pediatría".
Para lograr este fin, EVP se dividía en varias secciones:
En el año 20132 con la incorporación al equipo editorial de Manuel Molina Arias y Eduardo Ortega Páez, acompañados por Javier González de Dios y, posteriormente de Juan Ruiz Canela y Carlos Ochoa Sangrador, EVP vivió una etapa con una evolución notable.
Se propusieron cambios en la selección de los artículos, con una nueva escala ESE-ARTE, haciendo posible una valoración más objetiva. Se realizó una revisión completa de la valoración crítica de los artículos, con una mejora sustancial en el apartado de validez e importancia clínica, haciéndolos más comprensibles y homogéneos. Se creo una nueva sección, “Comentario asociado”, que tenía la finalidad de abrir la participación a evaluadores externos sobre nuestros AVC, como un filtro más a nuestro trabajo.
La sección metodológica “Fundamentos de la MBE” se hizo más práctica y menos teórica, con la revisión de los diseños epidemiológicos más frecuentes en investigación, imprescindible para la realización de los AVC, gracias al binomio formado por Manuel Molina y Carlos Ochoa, con la colaboración puntual de Eduardo Ortega. Se creo una nueva sección de padres, basada en los AVC que aportaran un valor añadido con el fin de dar información veraz y actual sobre problemas de salud. La sección “De la biblioteca al paciente” evolucionó a “Evidentia praxis”, con una estructura más formal, semejante a la sección “Archimedes” de la revista Archives of Diseases in Childhood, con nueva estructura y presentación de tablas de resultados de la búsqueda de la evidencia. Por último, hubo un cambio formal en la web de la revista realizada por Exlibris, hoy día Lúa Ediciones.
Asistimos desde el 2019 a una nueva etapa que, como siempre, conlleva evolución e ilusión.
En la sección “Fundamentos de la MBE” ya se habían acometido dos de los tres pilares metodológicos de la valoración crítica, la lectura crítica y la evaluación de los diseños; ahora tocaba la valoración de los resultados. Así, se comenzó una nueva serie sobre estadística, que abarcará la estadística descriptiva, inferencial, pruebas de comparación entre variables, modelos de regresión y estadística multivariante. Se ha vuelto a renovar el equipo editorial, con el relevo de Manuel Molina, al que es justo agradecerle el intenso trabajo realizado todos estos años y el que seguro realizará en el futuro, por Begoña Pérez-Moneo.
Es sabido que la literatura médica no muestra los resultados de forma satisfactoria para los clínicos, la mayoría se realizan mediante pruebas de significación que no valoran adecuadamente la relación entre las variables. Para valorar la verdadera importancia de los resultados y poder aplicarlos a nuestra práctica diaria, es imperativo ofrecerlos de forma que se exprese la magnitud del efecto, su importancia clínica, que sean comparables con la literatura médica y se valore la relación coste/beneficio; solo así se podrá realizar una adecuada toma de decisiones. Para realizar esto, los miembros del GTPBE deben realizar habitualmente cálculos con los que convertir los resultados en medidas de asociación y medidas de impacto, apoyándose a menudo en calculadoras disponibles en diversas webs, que no ofrecen, a nuestro juicio todos los requerimientos. De esta necesidad surgió, tal y como publicamos en nuestro último número, Calcupedev3, nuestra herramienta epidemiológica que abarca todas estas necesidades en una sola plataforma, que contiene la mayoría de los cálculos epidemiológicos en un formato único, sencillo y agradable, con el de “asesorar a todos los clínicos y personal perteneciente al campo de la salud en la toma de decisiones en su práctica habitual”3.
Queremos agradecer la gran acogida que ha tenido. Prueba de ello es la difusión que han realizado las sociedades científicas, la Asociación Española de Pediatría (AEP), la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), la Asociación Andaluza de Pediatría de Atención Primaria (AndAPap) o la Sociedad de Pediatría de Andalucía Oriental (SPAO), y en redes sociales, los blogs Pediatría Basada en Pruebas, Ciencia sin seso… locura doble y el GIPI, entre otros.
En resumen, Evidencias en Pediatría conserva el espíritu con el que fue creada, como revista secundaria de acceso gratuito, destinada a ayudar a la toma de decisiones a los clínicos, sigue viva y en evolución continua. Serán nuestros lectores los que juzguen su verdadero valor.
Ortega Páez E, Ochoa Sangrador C, Pérez-Moneo Agapito B. Evidencias en Pediatría. Revista viva y en constante evolución. Evid Pediatr. 2020;16:8.